NO SOLO DE PLÁSTICO SE CONTAMINA EL ARROYO EL GATO
El día 10 de este mes se publicó en un medio gráfico local una nota (ampliada por otra publicada por el mismo medio el día de ayer) titulada “La Plata tiene su primer arroyo plástico”.
Dicha nota hace referencia a
una denuncia de la ONG Nuevo Ambiente. En ella se asegura que la situación del curso de agua del
arroyo El Gato sigue “siendo grave” y que “no aparecen soluciones”, tal como lo
demuestran las fotos y videos que recopiló la entidad ecologista. La nota
concluye que: “Todos los residuos plásticos que se ven, desembocan en el Río de
La Plata, nuestra fuente de agua dulce, pero también nuestra gran cloaca”.
Se sabe desde hace mucho tiempo que este curso de agua está contaminado y no sólo por los plásticos. Otra de las razones de la contaminación, son los vuelcos de desechos tóxicos al mismo arroyo El Gato o a sus afluentes por parte de empresas privadas ante lo cual los Estados municipal y provincial hacen “la vista gorda”.
¿Son las únicas razones? Claramente no. Desde la
Asamblea Vecinal Barrio Norte, venimos denunciando después de la tragedia
social e hídrica del 2 y 3 de abril de 2013, que se vuelcan líquidos cloacales
de la planta de ABSA, ubicada en 9 y 35, por una tubería que corre por debajo
de la calle 35 hasta la calle 11 y de allí ingresan al canal entubado bajo esta
última arteria, que desemboca en el arroyo El Gato.
Estos líquidos cloacales se
originan en desbordes del piletón que, por deficiencias de esa planta y de todo
el sistema cloacal platense, encuentran drenaje por esta “sangría” y,
finalmente, llegan al arroyo El Gato, cruzan el distrito de La Plata, el de
Ensenada y desembocan en el Rio de la Plata, a poca distancia de la toma de
agua de la planta potabilizadora de ABSA de Punta Lara que abastece de agua
potable a toda la región.
De todo esto tomó conocimiento la Asamblea cuando reclamó la prolongación del derivador pluvial de la calle 9, obra que la misma Asamblea consiguió con su lucha después de otra importante inundación anterior, la del 27 de enero de 2002.
Al realizar las excavaciones
para esa ampliación apareció el conducto del que nadie (vecinos y Estado) tenía
conocimiento. Alarmados por el descubrimiento del canal “sangría” de líquidos
cloacales de la calle 35, reclamamos al intendente Bruera que evitara conectar
este conducto existente con los que se estaban construyendo; pero, fuimos
desoídos y ahora los desechos cloacales pasan también por el conducto pluvial
que corre bajo la calle 9 inundando de olor nauseabundo nuestras casas.
Realmente es una ironía que esto se produzca frente a un establecimiento sanitario
como es el Hospital Español.
A pesar de nuestros reclamos a
las distintas gestiones municipales y provinciales y las denuncias realizadas
ante la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, nadie se
interesó por el tema desde ese momento hasta hoy.
Reclamamos que la justicia
actúe ante el grave perjuicio socioambiental, sanitario y urbanístico que
empresas y los Estados municipal y provincial están causando a la ciudad que
nació a partir de un minucioso diseño arquitectónico en donde se privilegiaban
los espacios verdes y la higiene urbana.
Se agradecen los aportes de Amelio Aquiles Del Fabro, militante ecologista de Ensenada y miembro de Ambiente en Lucha e Izquierda Socialista - FIT - Unidad.
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